Insólito. En los años sesenta, los fabricantes de autos utilizaban parachoques rellenos de agua para reducir los impactos pequeños. ¿Funcionaron? ¿Prosperó esta idea?
En una época en la que los parachoques de los vehículos eran metálicos, la empresa estadounidense Energy Absorption Systems se propuso desarrollar un sistema más eficiente para absorber los impactos y reducir el costo de reparación.
El resultado fue una especie de cojines rellenos de agua instalados en las defensas de los autos que, según un reportaje de abril de 1970 de Automotive Fleet, protegían la carrocería con efectividad a velocidades de hasta 29 km/h.
Pero ¿Cómo funcionaba? El agua era inyectada a presión en los cojines, de manera que ante un impacto en este contenedor, los picos de aceleración y desaceleración del vehículo se reducián en un 60%.
Sus detractores aseguraban que en épocas de mucho frío no serviría el agua, sin embargo, la marca diseñó una solución acuosa con un punto de congelación realmente bajo. Al poco tiempo, los parachoques rellenos de agua quedaron en el olvido con la aparición de una defensa más efectiva que utilizaba bandas de goma.
En la actualidad, nos reiríamos con una solución así, sobre todo porque vivimos en una etapa en la que los sistemas para resistir impactos se basan en avanzadas estructuras con diseños inteligentes.
Fuente: diariomotor.com
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