Si bien comprar un auto de segunda mano reúne una serie de aspectos y consideraciones que se distancian de los relacionados a un vehículo nuevo, el primer paso es el mismo. Es decir, ante todo se debe evaluar qué auto es el que requerimos, ya se trate de uno salido de fábrica o de uno usado. Junto con gustos y aspiraciones personales, se debe considerar el presupuesto que tengamos y la real utilidad del vehículo para nuestro caso particular, ya se trate de un sedan, un auto familiar, un compacto, una todoterreno, un todocamino, etc.
¿El vehículo se ajusta a nuestras necesidades? ¿La relación costo-beneficio nos es conveniente? ¿Cuánta disponibilidad de repuestos tiene el modelo que elijamos? ¿Cuál es su real vida útil dado que es un auto de segunda? Estas son algunas de las preguntas que debemos hacernos.
Al taller
De igual forma se debe evaluar el precio de reventa del auto de segunda que compremos (por si planeamos venderlo en el futuro) o si lo que se ahorrará en su compra lo perderemos en continuas reparaciones.
Ya sea que se adquiera a un particular o en una tienda de venta de autos de segunda es importante saber si existe un representante o marca oficial que traiga dicho modelo a nuestro mercado local.
Una opción al buscar un auto usado es visitar a los representantes o concesionarios, pues algunos pueden recibir como parte de pago el vehículo de algún cliente. La ventaja es que en ese caso se puede acceder fácilmente al historial del vehículo si este ha sido llevado a un taller de marca. En todo caso debe tenerse claro cuántos propietarios ha tenido dicha unidad y si ha recibido el mantenimiento adecuado.
Documentos
Asimismo, se debe verificar que todos los documentos estén en regla, revisar si la tarjeta de propiedad es correcta en Registros Públicos y que el auto no tiene multas por pagar ni órdenes de captura.
De igual forma es necesaria la revisión del vehículo en un taller o con un mecánico de confianza para una inspección detallada, ya que un vehículo puede verse impecable por fuera y tener partes oxidadas o muy cerca del fin de su vida útil. Aunque es un costo que muchos prefieren obviar, llevar el vehículo a un taller para que se le realice un diagnóstico completo permitirá conocer exactamente si vale la pena o no adquirirlo.
