Lo primero que debe tener en cuenta al adquirir un seguro vehicular es saber que este no es lo mismo que el Seguro Obligatorio de Accidentes Personales (Soat). El primero es voluntario y de responsabilidad civil, busca cubrir daños y accidentes personales (propios y ajenos). En cambio, el Soat tiene un carácter obligatorio establecido por ley y su objetivo es asegurar la atención inmediata e incondicional de las víctimas de accidentes de tránsito con lesiones corporales o muerte.
Tras identificar ambos tipos de seguro, el interesado debe informarse de las mejores opciones según sus necesidades. Una de las alternativas es acudir a un broker o asesor en el servicio: personas o empresas que deben estar registradas en la página web de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (www.sbs.gob.pe). Estos no solo brindan asesoramiento al comprar el seguro, pues también lo hacen al momento de un siniestro, representando los intereses del asegurado ante la compañía de seguros.
Costos y tipos
El costo del seguro automotriz dependerá –entre otros factores– del valor del vehículo, la marca, el modelo, el año de fabricación, uso otorgado, coberturas adicionales, exclusiones, deducibles y servicios adicionales que se deseen contratar. Por ello, se debe conocer los tipos de seguros para vehículos con características propias, como son los autos de lujo, los modelos deportivos, las camionetas todoterreno y los autos con modificaciones.
Principales coberturas
Tres son las coberturas más conocidas. Daño Propio: indemniza por los daños que pueda sufrir el casco del vehículo por diversos accidentes, contempla la cobertura de Robo Total, que para unidades de determinadas características estará condicionada a tener un sistema de rastreo satelital. Responsabilidad Civil frente a Terceros: indemniza por los daños ocasionados por el vehículo asegurado a propiedades de terceros, por las lesiones que sufrieran los ocupantes de los vehículos afectados y las lesiones que sufrieran los peatones. Accidentes Personales: indemniza por las lesiones que pudiesen sufrir los ocupantes del vehículo asegurado por un accidente de tránsito.
