En la actualidad, la tecnología automotriz se centra en desarrollar vehículos más seguros y confortables, más eficientes en su mecánica y desempeño, y más amigables con el medio ambiente. Así, por ejemplo, en la actualidad el nivel de equipamiento cubre las necesidades básicas (calefacción y aire acondicionado, por ejemplo) hasta opciones de entretenimiento y comunicación.
Sin duda, buena parte de los sistemas existentes y los componentes del vehículo se orientan a facilitar las labores de manejo: no solo se prevé la cercanía de objetos o de otro auto en la ruta, sino que se detecta el estado de alerta del conductor o la permanencia del auto en el carril correcto, entre otros. Todo ello es acompañado por una serie de sensores y de acciones tomadas por los propios sistemas para salvaguardar la integridad de los ocupantes y del vehículo.
Sin alcohol
Las detenciones o frenadas son más seguras, la acción y reacción del vehículo se vuelven más eficientes y el conductor tiene una serie de datos (proyectados en pantallas digitales o en el mismo parabrisas) que le permiten tener pleno control. Sin embargo, en ocasiones, toda esta tecnología no puede hacer nada frente a la imprudencia o temeridad de las personas. De ahí que existan dispositivos que complementan la función de los sistemas del vehículo y que más bien son destinados a controlar o prevenir una actitud errada del conductor.
Así, por ejemplo, algo tan simple como no beber si se va a conducir es todavía una norma ignorada (sobre todo en países como el nuestro). Para ello existen dispositivos como el alcolock destinado a impedir el arranque del auto si detecta en el conductor un nivel de alcohol mayor al permitido. Usado en el sector del transporte comercial (transporte público, transporte de carga, entre otros), este dispositivo se enlaza con los sistemas de arranque y electrónicos del vehículo.
Tacto y vista
Pero eso no es todo, pues los intentos fallidos (al intentar arrancar el vehículo) quedan registrados, al igual que los niveles de alcohol, en una caja negra conectada al alcolock. Otro de los dispositivos desarrollados es el ADT (Anti-drunk Driving Technology), el cual determina el grado de alcohol en la sangre con solo analizar el sudor en las manos.
Asimismo, la seguridad al momento de ingresar o poner en marcha el vehículo es también evaluada con sistemas, aún en desarrollo, que permiten identificar al conductor con la huella dactilar o el iris del ojo.
