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Manejo de la caja de cambios

publicado por neoauto octubre 13, 2010 0 comentarios

En esta ocasión continuamos con algunos aspectos generales de la caja de cambios mecánica. Décadas atrás, los automóviles tenían las marchas en el timón, hasta que en los sesenta los modelos deportivos empezaron a difundir la moda de la palanca de cambios en el piso (así fue como esta configuración pasó a ser el estándar de toda la industria automotriz). Otro aspecto que fue variando con el paso de los años es el número de marchas, que inicialmente empezó en tres, mientras que hoy en día es habitual hallar modelos con transmisiones mecánicas de seis marchas.

Regulando la marcha

Para desplazar el automóvil, el conductor debe regular la potencia del motor en función a las diversas necesidades de manejo y de la ruta. Por ejemplo, al iniciar la marcha se requiere una fuerza que supere la inercia del vehículo, mientras que ya en movimiento, las resistencias son mucho menores (entre ellas las generadas por el aire y la fricción de los neumáticos con la pista).

De igual forma, las exigencias son distintas al recorrer una ruta sinuosa que una autopista recta. De ahí la necesidad de controlar y graduar el torque y la potencia del motor que son trasladados a los neumáticos. Por ello la caja de cambios tiene marchas cortas de mucho torque para iniciar el movimiento del vehículo y cambios largos de más potencia para ir a velocidad.

Modo de uso

El conjunto de elementos que transmite la posición seleccionada desde la palanca a la caja está integrado por la palanca de cambios y su varillaje. Dichos elementos se dañan ante un uso deficiente por parte del conductor. La palanca de cambios debe ser tratada con suavidad y marcando la posición de neutro para facilitar la labor de los sincronizadores (elementos que suavizan el acople entre cambio y cambio) de encajar correctamente.

Por ello, al momento de realizar los cambios debe cubrirse el pomo de la palanca con la mano y luego moverla a primera usando solo la palma de la mano. Para la segunda marcha se usan simplemente los dedos, de nuevo la palma para la tercera, los dedos para la cuarta y así sucesivamente.

En la actualidad, la mayoría de transmisiones mecánicas cambian de marchas con facilidad, siempre que se guíe la palanca con suavidad. Dar tirones a la palanca para ir de un cambio a otro afecta la vida útil de la transmisión e incluso puede dañarla permanentemente.

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