El sello diferenciador del nuevo Tesla Model X son sus puertas traseras tipo alas de gaviota que, más allá de su apariencia atractiva, poseen una avanzada tecnología inteligente.
Estas puertas tienen dos juegos de bisagras: uno junto al anclaje del techo y otro en mitad de la puerta. Las puertas poseen sensores ultrasónicos insertados en el aluminio, invisibles a la vista.
Dichos sensores detectan la presencia de obstáculos en diferentes direcciones. Por ejemplo, las puertas se abren solas si detectan la presencia de la llave en su interior y alguien se aproxima.
Los sensores también detectan la presencia de techos y vehículos situados a los lados del auto. En función de dichos obstáculos pueden moverse y realizar la apertura de forma más o menos horizontal.
En California, Tesla hizo una interesante demostración de cómo funcionan las puertas de esta SUV ante una situación en la que se encuentre atrapado entre dos autos. Hasta para las puertas deslizables de una van sería difícil salir de esta situación, pero el Tesla Model X se libra del problema con mucha naturalidad.
¿A quién no le gustaría tener esta nueva SUV? Un vehículo increíble que incluso cuenta con un modo que defiende a sus pasajeros de un ataque bioquímico, pero ya te hablaremos de él en otro post.
Fuente: Diariomotor.com
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