Tipos de barras

En entregas anteriores enumeramos algunos aspectos sencillos que se deben tener en cuenta al adquirir un vehículo de segunda. Sin duda, contar con un mecánico de confianza nos permitirá conocer de forma sencilla y rápida detalles desde la mejor forma de conducir el auto, cómo aprovechar sus características y qué cuidados darle. Es importante no tener dudas sobre ningún aspecto y no asumir nada por adelantado. Esta vez pretendemos aclarar algunos términos técnicos cuyo uso puede generar confusión. En este caso se trata de dos términos muy similares, las palabras strut bar y sway bar, que hacen referencia a dos elementos por completo distintos.

Términos precisos

Strut bar significa barra para las torretas (al respecto, en las suspensiones McPherson estas conectan una torreta con la otra a través de una barra de metal). Para mayor detalle nos referimos a la barra que atraviesa el motor de lado a lado: la barra para las torretas brinda mayor rigidez al chasis a fin de que este no se deforme cuando el vehículo dobla con rapidez. De otro lado, cuando se habla de una sway bar se hace mención a la barra estabilizadora, la cual tiene por función evitar (o contrarrestar) el movimiento lateral de la carrocería, dado que une la suspensión de cada lado. De igual forma, la strut bar (barra para las torretas) sirve para que el chasis luzca mejor cuando se abre el motor (es decir, cumple una función estética).

Las diferencias

La diferencia entre tener en el auto una barra para las torretas y no tenerla es casi imperceptible. Para notarlo sería necesario conducir el vehículo a límites de competencia (es decir, en un autódromo y con un piloto experimentado). En un manejo rutinario no es un aspecto que se pueda detectar, ya que es poco habitual doblar tan rápido en la calle como para comprometer el chasis y determinar de qué tipo de barra se está hablando.

A su vez, la sway bar (la barra estabilizadora), al evitar el roll del automóvil (movimiento de inclinación de izquierda a derecha), permite doblar mejor en curvas de alta velocidad, ya que la carrocería permanece sólidamente equilibrada. No obstante, presenta dos desventajas: al estar el vehículo muy rígido se pierde adherencia en curvas lentas y en ocasiones el auto tiende a subvirar, además, se vuelve más trotón. Eso sí, nos estamos refiriendo a valores de rigidez superiores a los que se tendría en un auto de calle.