Siguiendo con el funcionamiento del turbocompresor, vale recordar que el turbo gira a altas revoluciones, lo que genera a su vez altas temperaturas. De ahí que para asegurar su correcto desempeño sea necesario contar con una buena lubricación (sobre todo en el eje) y una adecuada refrigeración. En el primer caso, dicha función queda a cargo del mismo circuito de lubricación del motor.
Sin embargo, dado que las altas temperaturas tienden a deteriorar el aceite, es necesario que la circulación del lubricante se dé con rapidez y con un buen caudal. Por ello es importante no apagar el motor con el turbo girando aún a altas revoluciones. Esto se debe a que si se apaga el motor, la bomba de aceite deja de funcionar de inmediato y por ende se detiene el flujo de aceite. El resultado es que la turbina sigue girando sin ser lubricada.
Mantenimiento
Por ello lo recomendable es apagar el motor unos tres o cuatro minutos luego de haber detenido la marcha. También es válido el consejo de encender el vehículo y esperar unos minutos para recién exigirle al turbo. Es decir, debe esperarse hasta que el motor alcance su temperatura normal de trabajo, pues de esta manera el flujo de aceite bañará correctamente la turbina y el eje. Además, los cilindros estarán a la temperatura adecuada para soportar las altas presiones generadas por el turbo. Debe recordarse también que con el tiempo las altas temperaturas de trabajo provocan el desgaste de los sellos del turbo, lo que genera la pérdida de aceite o que este fugue hacia el intercooler o a la admisión.
Aire frío
Lo anterior da lugar a una serie de inconvenientes (autoencendido, el motor se acelera o no se apaga al cerrar la llave de contacto, entre otros). En estos casos solo queda realizar el cambio de los sellos o retenes.
En la actualidad es habitual que los turbocompresores estén acompañados de intercoolers o intercambiadores aire-aire. La función de estos componentes es enfriar el aire comprimido por el turbo antes de ser introducido al motor. El resultado es que al comprimirse el aire se calienta, luego se enfría y se vuelve aun más denso, gracias a lo cual es posible introducir una mayor cantidad de aire al cilindro.
El término intercambiadores aire-aire se debe a que el aire comprimido pasa a través de un panal y es enfriado por el aire exterior. En la mayoría de casos, dicho aire llega a través de una toma ubicada sobre el capot.
