En los años sesenta, Ford hizo realidad una travesura: sustituir el volante de sus autos por un control más ergonómico, que ocupe menos espacio. El resultado fue el Wrist-Twist.
La intención de Ford era reemplazar el volante de sus autos por un sistema sencillo de mayor precisión para las maniobras, de menor tamaño para mejorar el acceso del conductor al vehículo y que no le reste visibilidad.
Así crearon al Wrist-Twist, una especie de mando muy compacto que contaba con controles giratorios. De esta manera, para manejar solo era necesario un simple movimiento de muñecas, como si se tratara de un juego.
El Wrist-Twist contaba con una columna de dirección móvil, que permitía ajustarlo a la altura del conductor, o inclinarlo ligeramente para acceder al auto.
Ford llegó a implementar dicho sistema en un Mercury de la época. Quienes lo probaron aseguraban que al principio se sentía raro manipular este control. Aunque la visibilidad y la comodidad habían mejorado, se extrañaba el apoyo de un verdadero volante.
Finalmente, el Wrist-Twist se quedó en la historia como un experimento divertido que no tuvo mayor acogida. A continuación, te dejamos un video promocional en el que Ford lucía las bondades de su creación.
Vemos, entonces, cómo los intentos por mejorar o reemplazar el volante se han visto desde tiempos remotos. La pregunta es ¿qué tan cerca estamos de vivir en una época en la que sea normal ver y subir a un vehículo sin este instrumento?
Fuente: diariomotor.com
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— NeoAuto.com (@NeoAutocom) octubre 14, 2015
